Vistas de página en total

martes, 1 de noviembre de 2011

Yehude inauguró Instituto Humanista



LIMA.- El segundo vicepresidente del Congreso, Yehude Simon, inauguró el Instituto Humanista de Gobernabilidad y Desarrollo. El Instituto se propone, según informó el congresista, formar nuevos líderes sobre “valores y principios éticos y humanistas". Al evento asistió el excandidato a la presidencia, Pedro Pablo Kuczynski. Fue esta noche, en el Colegio de Abogados.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Minuto de silencio por la madre de Yehude Simon Munaro


LIMA.- Mientras se daba inicio a la Comisión Agraria, el primer vicepresidente del Congreso, Yehude Simon, recibió la noticia de la muerte de su madre. Ante ello, sus colegas de las diversas bancadas hicieron un minuto de silencio en señal de solidaridad con su colega congresista.


Fallece madre de Yehude Simon

Yolanda Munaro Cánepa, madre del congresista por Lambayeque Yehude Simon, falleció ayer a la edad de 82 años.
En una breve conversación con este diario, su hijo la recordó como una lectora empedernida, admiradora del héroe Miguel Grau, pero también del político Fidel Castro.
Agregó que era una mujer valiente y sufrida que soportó la muerte de dos nietos y la discapacidad de uno de sus hijos.
Los restos de doña Yolanda serán enterrados en Ecuador.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Estatutos del Partido Humanista

Estatuto Del Partido Humanista Peruano-Actualizado (2)

jueves, 15 de septiembre de 2011

BALANCE DEL VIAJE DEL CONGRESO A ICA


Tema: Balance del viaje del Congreso a Ica
MARISOL PEREZ TELLO (Congresista) y YEHUDE SIMON (Vicepresidente del Congreso)

Himno del Partido Humanista





El autor del vídeo es el joven POOL CESAR ORTIZ estudiante del décimo ciclo de la universidad nacional Pedro Ruiz Gallo de lambayeque.Basado en el himno del partido humanista peruano cuyo autor de la letra y musica es el profesor DANIEL VIZCONDE.

HIMNO DEL PARTIDO HUMANISTA PERUANO

Hay que unirnos por la verdad
Por la justicia y por la paz
Humanizando a la humanidad
Para encontrar la libertad
La libertad para amar
Para vivir, con libertad
Para soñar, en libertad
Para cantar, con libertad

En la mesa de aquel barrio esta esperando
Que aparezca el pan del día hoy se ha perdido
Con tristeza el campesino va mirando
Como pierde su cosecha día a día
Por la calle el triciclero el chofer, el jornalero
El maestro, el ambulante, sin alegría
No encuentran esperanzas de mentiras están cansado
Van cargando en el alma desesperanzas

Hay que unirnos por la verdad
Por la justicia y por la paz
Humanizando a la humanidad
Para encontrar la libertad
La libertad para amar
Para vivir, con libertad
Para soñar, en libertad
Para cantar, con libertad

Juntos podemos levantar un mundo nuevo
Sin engaños, con amor y sacrificio
Empresarios, campesinos y obreros
Pues tenemos la conciencia humanamente
Es la hora de juntarnos que el mundo esta agonizando
Es la hora de decir basta ya
Es la hora de mirarnos frente a frente y preguntarnos
Que hemos hecho tú y yo por la humanidad

Hay que unirnos por la verdad
Por la justicia y por la paz
Humanizando a la humanidad
Para encontrar la libertad
La libertad para amar
Para vivir, con libertad
Para soñar, en libertad
Para cantar, con libertad

Hay que unirnos por la verdad
Por la justicia y por la paz
Humanizando a la humanidad
Para encontrar la libertad
La libertad para amar
Para vivir, Para soñar, Para cantar
EN LIBERTAD

sábado, 10 de septiembre de 2011

NOTA DE PRENSA

PARTIDO HUMANISTA PERUANO
COMISION DE RELANZAMIENTO Y REORGANIZACION
REGION LA LIBERTAD – TRUJILLO

“Año del Centenario de Machu Picchu para el Mundo”


NOTA DE PRENSA

La COMISION de RELANZAMIENTO y REORGANIZACION del PARTIDO HUMANISTA PERUANO – REGION LA LIBERTAD, invita a la Prensa Liberteña y público en general a la CONFERENCIA DE PRENSA sobre el REEMPADRONAMIENTO,REORGANIZACION Y PERSPECTIVA DE CRECIMIENTO Y DESARROLLO DEL PARTIDO HUMANISTA PERUANO EN LA REGION LA LIBERTAD”, así como a la apertura de su NUEVO LOCAL, sito en Jiron Bolognesi Nº 347 - Trujillo, acto que se realizará el día jueves 08 del presente mes, a horas 11:00 a.m. (en el local antes mencionado), cita que esperamos contar con vuestra presencia, la que dará mayor realce a este gran acontecimiento.

El PARTIDO HUMANISTA PERUANO tiene como objetivo el incremento de la participación política, porque es el elemento esencial mediante el cual se fortalece el sistema democrático y por ende los sectores de ese sistema, que son los partidos políticos; es por ello que el PARTIDO HUMANISTA PERRUANO está convocando a sus militantes y simpatizantes para participar del proceso de empadronamiento, reempadronamiento y reorganización de nuestro Partido Político.

El humanismo peruano, no es una corriente ideológica ni doctrina cerrada, sino se adscribe como una filosofía abierta, que tiene como sus principales características, el pensamiento sobre el ser humano, su libertad, su independencia y su bienestar.

¡TE ESPERAMOS!, ¡NO FALTES!

Trujillo, 07 de Setiembre del 2011.

Presidente y Vocero Plítico:
Dr. Nelson Kcomt Che

Subcomisión de Organización:
Gerardo Quito Velásquez
Dr. Gustavo Guardia Méndez
Lic. David A. González Añorga
Ing. Luis González Valderrama

Subcomisión de Actas y Archivo:
Dr. Pablo Guevara Sedano
Dra. Silvia Gutiérrez Quezada

Subcomisión de Prensa y propaganda:
Dra.Lesly Anhuamán Villafranco
Econ.Gretell Rebaza Araujo

Subcomisión de Economía:
Fidel Tananta Chumbe
Perla Caballero Medina
Econ.Amaro Vega Castillo

Jirón Bolognesi N° 347-Trujillo; Cel. 949375934; Email:nelsonkcomt@claroperu.blackberry.com Cel. 949696644 - RPM *153489, Email: paguese@yahoo.com

jueves, 8 de septiembre de 2011

entrevista en ica con yehude simon y carlos bruce.

Beto Ortiz, periodista de BDP entrevistó en Ica a los congresistas Carlos Bruce y Yehude Simon.

PARTIDO HUMANISTA PERUANO - IDEARIO

PARTIDO HUMANISTA PERUANO - REGIÓN LA LIBERTAD
IDEARIO
El ideario constituye el horizonte en la consecución de un país soberano, descentralizado, de ciudadanos haciendo del emprendimiento solidario, su medio de realización humana, con progreso económico y unidad social, es la herramienta que debe orientar nuestro accionar al logro de una patria libre y democrática donde se cristalice el proyecto nacional de desarrollo.
DECLARACION DE PRINCIPIOS
1. Somos un partido político que considera al hombre, cual persona humana e individuo social; como centro, objetivo y fin supremo de la política, la ética, la economía, las ciencias y las artes, en tanto, creador de la vida cotidiana, constructor del pensamiento, de los procesos sociales e históricos y forjador del destino de la humanidad.
2. Consideramos que el trabajo humano es la fuente creadora de la riqueza y el progreso del hombre, la sociedad y la humanidad. Aspiramos a su liberación de toda forma de mercantilización y despersonalización, en un horizonte de emancipación humana.
3. Creemos que el sistema económico debe estar al servicio del ser humano, por lo que postulamos a un régimen de economía solidaria, que estará basado en la propagación social del emprendimiento y la transformación productiva constante; en la práctica del pluralismo, la eficiencia, la equidad social y la sustentabilidad medio ambiental.
4. Reconocemos y valoramos más allá de su origen histórico la consolidación del sufragio universal como vía para el ejercicio del poder, el estado de derecho, la independencia de poderes y el respeto irrestricto de los derechos humanos, como categorías universales que sirven de fundamento a la democracia política de carácter representativo hoy vigente.
5. Concebimos la política como una práctica cotidiana para dignificar la condición humana, por ello; postulamos, a la construcción de una Democracia Participativa e integral por cuanto más allá del ámbito político lo ha de ser también económica y social.
6. Aspiramos al nacimiento de una alternativa contemporánea, capaz de instaurar un orden social superior, fundado en la libertad, la equidad, la tolerancia y la paz; inspirado en el legado de lo más rico que las doctrinas y corrientes filosóficas y políticas del mundo han dado a la humanidad.
7. Postulamos a constituirnos en un factor clave, en el cauce del torrente ciudadano y el pueblo en general, para la construcción de un destino de prosperidad para todos; por tanto, nos constituimos en un medio mas no en un fin en si mismo.
8. Consideramos que la tarea de refundar la política, es una practica permanente de solidaridad, unidad, respeto, democracia y autoorganización como expresiones de una nueva cultura política, en cuyo centro esta la moral y la ética; Por lo tanto, los métodos y estilos de trabajo, la táctica y la estrategia se subordinan a estos criterios
9. Promovemos, un orden medioambiental comprometido con las generaciones venideras, por cuanto consideramos perniciosas, irracionales y destructivas las relaciones que el hombre ha establecido con su hábitat y medio ambiente; como consecuencia del régimen y sistema productivo imperante, depredador en su lógica natural por el ímpetu y maximizador del lucro y la acumulación.
10. Asumimos un profundo compromiso internacionalista, por cuanto aspiramos a una nación humana universal, tolerante con la multiplicidad de etnias, lenguas, culturas, costumbres y creencias; pero libre, justa y profundamente solidaria sobre la premisa del hombre y la humanidad como fin supremo.
OBJETIVOS
1. Construir una sociedad de confianza y transparencia entre sus miembros, instituciones y autoridades.
2. Refundar la política en base a principios éticos y morales.
3. Promover un sistema económico humanista y solidario, de oportunidades para todos, que busque el desarrollo integral de la persona, basado en la eficiencia, la equidad social y la transformación productiva, donde el Estado asuma un rol social orientado a satisfacer las necesidades humanas fundamentales.
4. La defensa de la ecología en la perspectiva de un hábitat superior, de coexistencia pacífica y armoniosa entre el hombre y la naturaleza, que garantice la vida de los seres vivos en el planeta en coherencia con el orden natural de las cosas.
5. Lucha frontal y sin tregua contra la corrupción, en todos los sectores de la sociedad
VISION DOCTRINARIA
“UN NUEVO COMIENZO PARA EL PERÚ”
Un mito muy extendido entre nosotros pretende justificar nuestras limitaciones como comunidad señalando que somos un "país joven" o, en todo caso, como decía Luís Alberto Sánchez, "adolescente". Nada más falso. Los países latinoamericanos, entre ellos el nuestro, se cuentan entre los más antiguos del mundo. Haití acaba de cumplir doscientos años de existencia, y los países sudamericanos ya nos acercamos a esa fecha. Algunos de los países europeos más exitosos han tenido una existencia mucho más corta, tal es el caso de Italia y Alemania.
El problema pues no es de juventud, sino de diseño: nuestras repúblicas y, en especial el Perú, no fueron bien construidas; no, en todo caso, para facilitar el logro de objetivos comunes a todos sus ciudadanos ni menos para asegurarles un nivel de vida y unas expectativas de felicidad razonables. Los datos básicos sobre pobreza, marginación, desnutrición, muertes prematuras, desigualdades, etc., muestran a todas luces que estos casi doscientos años transcurridos han sido una aventura fracasada, frustrada. La promesa de la vida peruana, de la que hablaba Basadre, está lejos, muy lejos de cumplirse.
Una visión del Perú de esta índole plantea una agenda política definida y una meta muy clara: ningún objetivo menor a la reconstrucción del Perú como espacio político y social acogedor, englobante, eficaz para el planteamiento y el logro de tareas y sueños comunes es adecuado. El Perú fundado en 1821 se ha agotado. Lo que se requiere es un nuevo Perú, una nueva y vigorosa república, esta vez sí verdaderamente democrática y realmente próspera. La cuestión es cómo lograr eso en tiempos tan difíciles como estos de globalización neoliberal y partiendo de las condiciones desfavorables de las que los peruanos y latinoamericanos en general debemos partir dadas las correlaciones de poder absolutamente adversas que imperan.
En los últimos decenios hemos visto derrumbarse las recetas que se imaginaron y que generaron entusiasmo en los dos siglos pasados: el liberalismo, el populismo, el comunismo, las diversas formas de los socialismos, sin duda las más exitosas en términos de sus logros reales, pues construyeron el Estado de Bienestar; se han mostrado insuficientes por si misma, ninguna de ellas ha funcionado en América Latina a pesar de que todas han sido experimentadas.
El imperativo de la época es, en consecuencia, una demanda de innovación, de apertura a la realidad y a las experiencias, y de creatividad. Pero todo esto tiene una condición previa: que los peruanos en verdad estemos dispuestos a enfrentar colectivamente el futuro, como una comunidad que acepta un reto y que se embarca en una aventura histórica compartida con seriedad y entereza. Esta decisión significaría, ella sola, superar nuestra mayor traba para la acción concertada, la compensación del inmenso déficit de solidaridad que nos ha afectado a través de toda la historia.
Pocos países del planeta son tan poco solidarios como los latinoamericanos. Pero el nuestro lo es especialmente. El ideal deformado, maligno que se ha impuesto en el Perú es el del "vivo", es decir, el del sujeto de solidaridad limitada, que piensa principalmente en sí mismo y en su entorno inmediato (parientes, cofrades, compadres) y que trata a todos los demás con absoluto desdén y desprecio, casi como a enemigos declarados. Esta iniquidad esta en la base de nuestra moral pública y privada torcida y se refleja en todos los aspectos de nuestras vidas. En la esfera de lo familiar, con enormes cantidades de niños abandonados o no reconocidos, en la esfera de los negocios, con prácticas delictivas comúnmente aceptadas, en el campo de la política, con niveles de corrupción extraordinariamente altos. Esta misma falta de solidaridad es lo que ha determinado que la inmensa mayoría de nuestra población esté excluida, marginada, reducida a la miseria más abyecta. El racismo, el desprecio por la variedad étnica y lingüística del país, el no reconocimiento y la no valoración de las diferencias culturales, que marcan la vida nacional, todo ello se explica de esta manera.
El Humanismo nos induce intuitivamente a pensar en la filosofía, los sentimientos y los valores intrínsicos a la dignidad del ser humano. La política nos lleva al terreno de la praxis, como una actividad humana que pretende conciliar, resolver o solucionar los complejos problemas de la vida en común.
La conclusión se impone entonces por sí misma: solamente una opción humanista, una decisión de amarnos y respetarnos a nosotros mismos y a nuestros compañeros de aventura, aceptándolos como son y respetando sus peculiaridades, será capaz de darnos visión y materia suficientes como para construir una propuesta eficaz de reconstrucción y reinvención del país. El humanismo aquí propuesto es el más tradicional en Occidente. Se trata simplemente de adoptar como punto de partida de toda acción colectiva y de toda interrelación humana tres convicciones básicas: que los seres humanos poseen dignidad intrínseca, es decir, que nada hay más valioso que un ser humano sobre la tierra; que la libertad es el bien más preciado en la vida de una persona humana; que la búsqueda de la felicidad propia no solamente no debe colisionar con la búsqueda similar que hagan otras personas, sino que la suma de esfuerzos puede garantizar mejores resultados que la confrontación o la enemistad.
El primero de estos principios o convicciones tiene una fortaleza política inmensa. De hecho, descarta toda opción como el comunismo o el neo-liberalismo, que consideran aceptables los sacrificios de generaciones enteras de seres humanos en aras de felicidades futuras o de promesas de prosperidad a mediano o largo plazo. Si cada ser humano es valioso en sí mismo, entonces, como decís el filósofo Kant, ninguna puede ser sacrificado por otro, ninguno puede ser usado como instrumento en beneficio de otro. Otra manera de decir esto mismo es que el humanismo es incompatible con cualquier limitación a la plena vigencia y al pleno respeto a los derechos humanos.
El segundo principio invalida toda forma de organización política que no sea absolutamente democrática y que no esté basada en el derecho de cada persona de decidir sobre su propia vida y cobre todo aquello que la afecte directamente. Nada que limite la libertad de las personas es aceptable. El único curso posible de la historia es, en consecuencia, el que garantice una ampliación de los márgenes de libertad, autonomía y autodeterminación de las personas.
El tercer principio es, en realidad, el que consagra la solidaridad y la cooperación como las bases mismas del tejido social y de las interacciones entre individuos y grupos de individuos. El humanismo apuesta por la cooperación, antes que por la competencia o el enfrentamiento como la vía más eficaz para obtener resultados positivos en cualquier proyecto de acción colectiva.
¿Cómo se refleja esto en términos de propuestas políticas concretas y en posiciones respecto de los temas más álgidos del debate actual? Si de la acción política y de opciones estratégicas se trata, el humanista obviamente no puede escoger sino aquellas compatibles con la dignidad de las personas y el respeto a los derechos humanos. Es decir, ninguna opción violentista es aceptable para él. Esto no significa que el humanista tenga que ser pacifista, pues hay una caso en que el recurso a la violencia puede ser legítimo, esto es, cuando se trata de legítima defensa o cuando de por medio está la defensa de la democracia y de las libertades. Al igual que la doctrina liberal clásica, el humanista puede reivindicar el principio de insurgencia.
Pero es evidente que su opción preferencial ha de ser la acción política enmarcada en los principios democráticos y en las vías pacíficas de movilización, protesta y resistencia. El humanista confía en la naturaleza humana, está seguro que la vía de la persuasión, del debate libre y aturado, de la búsqueda de consensos y acuerdos, de la negociación franca y abierta, son los mecanismos más adecuados para la administración política de la sociedad y de los proyectos de acción colectivos.
Por ejemplo, ¿qué tipo de estado aceptaría un humanista y qué funciones le perecerían legítimamente delegables por parte del poder soberano del pueblo? Solamente un estado que tenga como meta respetar y hacer respetar las libertades y los derechos humanos y facilitar los proyectos de acción colectivos, puede parecer legítimo y legitimable a un humanista. El estado es concebido como un simple instrumento, que sirve en la medida en que facilita la acción de los individuos y que hace más fácil y potencia las formas de cooperación interindividuales y colectivas.
El Estado debe estar por ende permanentemente sujeto al poder soberano del pueblo. Todos los ámbitos de su acción entran en esta norma. La política, la economía, la defensa. Nada es ajeno a los ciudadanos y a su poder de decisión en un estado democrático humanista.
Este control ciudadano puede ejercerse de varias maneras. A través de algún sistema de representación, pero también a partir de mecanismos de control más directos, propios de la democracia directa, especialmente en los niveles más cercanos a la vida cotidiana. El humanismo demanda una democracia integral y radical, pero a la vez eficiente. Es decir, el humanismo no tiene por qué sacrificar la capacidad de acción efectiva del estado a un democratismo extremo, sino que busca un equilibrio permanente entre la legitimidad democrática y la eficacia.
Pero a lo que no puede renunciar el humanismo democrático es a la demanda de que toda decisión trascendental para el conjunto de los ciudadanos o que comprometa el futuro mediato de la sociedad y, por ende, a varias generaciones, sea matera de consulta popular. Esto incluye temas como la definición de la política de defensa, y por ende, los niveles de compromiso en gastos militares, los cambios jurídicos importantes, las decisiones económicas, como el endeudamiento, que no son ni pueden ser tratadas como materias puramente técnicas, debido a sus consecuencias, que la historia reciente de la América Latina ha registrado tan trágicamente.
En lo que atañe a la economía y al régimen económico y de propiedad compatible con el humanismo la cosa es también muy clara. No hay antagonismo entre la propiedad y la iniciativa privadas y una opción humanista. Al contrario, incentivas el esfuerzo individual, liberar las fuerzas creativas y productivas de los individuos es una tarea típicamente humanista. Lo único que debe cuidarse es que el desarrollo individual sea compatible y ayude a empujar el desarrollo colectivo. Las únicas actividades económicas no legítimas son aquellas que perjudican claramente al conjunto o que ponen en peligro en bienestar presente o futuro de la comunidad. Ninguna actividad depredatoria, ninguna actividad que implique la destrucción sistemática del hábitat o del medio ambiente, ninguna actividad que implique el empobrecimiento o la baja de calidad de vida de las mayorías es legítima. Pero lo son y deberían ser apoyas e incentivadas todas aquellas que generen riqueza, trabajo y bienestar. El estado democrático humanista, en este sentido, puede caracterizarse como un estado impulsor, incentivador, pero a la vez regulador y supervisor. El que se haga rico dentro de la ley deberá ser premiado; el que pretenda hacerlo contra la ley y el bienestar general, deberá ser castigado.
Las políticas sociales del humanismo son evidentes y se derivan de los principios arriba señalados. Ninguna persona, menos aún los más débiles, pueden quedar desamparados, ninguna persona debe padecer hambre, ninguno debe morir prematuramente, ninguno debe permanecer en la ignorancia o sin acceso a la educación. Los gastos prioritarios en un estado humanista democrático están dirigidos garantizar que nada de esto suceda. Cuando hablamos de derechos humanos, por ende, desde un punto de vista humanista, estamos hablando de los derechos sociales, políticos y económicos reconocidos por los instrumentos relevantes de las Naciones Unidas. Esta es una materia no negociable, pues al final de cuentas la diferencia entre una sociedad humanista y una que no lo sea es simplemente que en la primera no existe el desamparo ni la posibilidad de chantajear ni manipular a ninguna persona en función a sus carencias o al temor al hambre y a la miseria. No hay libertad verdadera para el desamparado o para el hambriento. La libertad tiene como condición la equidad y la seguridad.
Ya hemos visto como en el caso nuestro la conformación de una sociedad inclusiva demanda el reconocimiento y la aceptación gozosa de nuestra riqueza humana y cultural como una ventaja, como algo positivo y no como una rémora. Esto trasciende la demanda de tolerancia. Tolerar es soportar. Aquí se trata no se soportar o aguantar al otro, sino de hermanarnos con el otro para construir una sociedad amable, respetuosa y, por ello mismo, eficiente y capaz de plantearse una aventura histórica de envergadura, capaz de entusiasmar a nuestros jóvenes.
El llamado a participar en esta tarea debe ser universal. De allí la importancia de superar para siempre las distorsiones del centralismo. Ningún rincón del Perú puede volver a ser ignorado. Ninguno de sus habitantes excluidos. Ese es el significado político más profundo y real de la regionalización y de la descentralización.
La pregunta es, ¿a qué convocamos los humanistas a los jóvenes del Perú? La respuesta, si queremos vencer la desconfianza, la falta de esperanza, el bajo nivel de las expectativas, deberá ser a una aventura de creación histórica inmensa, novedosa. Es menester por ello convencer a los jóvenes que aquí y ahora, en este lugar hoy aislado, pobre y débil del planeta, se puede forjar en no mucho tiempo una sociedad libre, próspera, segura de sí, entusiasta, comparable o mejor en calidad a cualquier otra que exista en el mundo. Un proyecto de esta envergadura implica sin embargo que veamos muy claramente la posición del Perú en el mundo y en la América. En tiempos de globalización no es posible apostar al aislamiento. Es momento de alianzas, de suma de esfuerzos de convergencias. ¿Con quién debemos converger los peruanos en este momento? La respuesta es obvia: sin enfrentarnos al resto del planeta, lo claro es que nuestros aliados más cercanos son los demás pueblos latinoamericanos y, en especial, los sudamericanos. Con ello, salvo absurdos prejuicios, todo nos une. Nuestro horizonte inmediato más eficaz de acción política es la integración real, acelerada, con los demás países de América del Sur, pero muy especialmente, con los más afines a nosotros, Bolivia y Ecuador. Con ellos podríamos plantear, más allá de absurdos y obsoletos chauvinismos, una integración inmediata y efectiva que se traduzca, por ejemplo, en una confederación. Esto mientras avanzamos sin pausa en la integración con los demás pueblos de nuestra América.
Como fácilmente se echa de ver, el humanismo es pues la ideología más adecuada a la época y, seguramente, la más revolucionaria, en el sentido que puede ser inspiradora y guía de los cambios más profundos y positivos que son posibles en las presentes circunstancias históricas. El Perú, que es una de los territorios del planeta donde se han realizado más experimentos políticos desde los albores de la historia de la humanidad, puede por ello volver a ser escenario de un experimento, de una gran aventura emancipatoria, capaz de establecer una sociedad libre, próspera y ejemplarmente respetuosa de la dignidad humana.

Entrevista a Yehude Simon en "Buenos Días Perú" (1/3)



El segundo vicepresidente del Parlamento, Yehude Simon, comentó temas relacionadas a la situación en los penales, creación de nuevos ministerios, mensaje del Premier Salomón Lerner, entre otros.





Yehude Simon Munaro



Presidente
Yehude Simon Munaro (Lima, 18 de julio de 1947) es médico veterinario, sociólogo y político peruano El 10 de octubre de 2008 fue nombrado primer ministro del Perú, en reemplazo de Jorge del Castillo. Fue primer ministro entre el 14 de octubre de 2008 y el 11 de julio de 2009

¿QUIEN ES YEHUDE SIMON?

Era primero de diciembre de 2000, a una hora cercana al mediodía, Valentín Paniagua, presidente del Gobierno de Transición, firmaba su indulto. Tras casi nueve años de prisión injusta, Yehude Simon Munaro se enfundaba en un interminable abrazo con Yail, uno de sus hijos, que había estado desde algunos años apareciendo en los medios de comunicación, buscando entrevistas, acampando en plazas y haciendo, con sus tres hermanos y su madre, mil y una acciones en procura de su libertad, tras ser sentenciado a 20 años de prisión por un tribunal sin rostro en un juicio que no duró más de cinco minutos y que careció de cualquier estándar aceptable. A partir de aquel día, Yehude volvió a nacer para la política, para su familia, para él mismo. Sus primeros años transcurrieron apacibles en Chiclayo. Como toda familia provinciana de clase media, el padre tenía mucho peso en la formación de los niños, y por eso decidió que estudiaran en un colegio de sacerdotes, sin presagiar que aquello crearía una ligera crisis familiar más adelante. Yehude Simon estudiaba con los hijos de los dueños de las haciendas, pero también con los hijos de sus trabajadores. Compartía los recreos escolares y los juegos de infancia con dos clases sociales que le hicieron comprender, a pesar de los años, una realidad distinta. “Yo me encontraba en el centro de ambos, pero fue una experiencia maravillosa”, asegura. Recuerda con especial cariño las navidades, “era la fiesta más deseada no sólo por el significado de lo que podían regalarnos como niños sino, además, por el encuentro de la familia y los amigos, y la reflexión de lo que significaba Cristo como persona y como Dios.”

Originalmente quería estudiar medicina humana, pero había terminado un poco “tierno” la secundaria y tenía dos dificultades: hasta quinto de media estaba decidido a ser sacerdote, pero un día, visitando el convento San Francisco con la decisión de entregar su vida a Dios, un evento lo hizo cambiar de parecer: “Sentí una fuerza muy grande que me expulsaba de ese lugar y entonces me dije ‘no quieren que sea cura'”. Entonces se decidió por la medicina, pero su padre no quería dejarlo partir. “Tenía una beca para España y en ese tiempo los hijos éramos muy pegados a los padres, sobre todo en familias árabes como la mía, y, como mi madre quería que estudie Derecho, se produjo una tensión familiar que ocasionó que opte finalmente por la Veterinaria”. Esa experiencia lo llevó a tener mucho contacto con las familias campesinas, los productores y “me di cuenta de que mi formación no estaba completa sin comprender antes el significado de lo que era el campo y tener una interpretación de la sociedad”. Por eso luego se licenció en Sociología.



- Winston Orrillo, que fue su profesor universitario, lo recuerda como un estudiante “brillante y reservado”.


Fueron años impresionantes y maravillosos porque veníamos desde niños escuchando lo que era la revolución cubana, la imagen del Che nos marcó muchísimo. Yo ingresé en su mejor momento, en el año 1965 ó 1966. Y, además, muchos países de América Latina estaban con dictaduras horribles.


- Ahí llega el bichito de entrar en política.


Yo tenía el problema de no haberme formado políticamente hasta ese entonces, mientras que los que ingresaban a nuestra universidad (Universidad Nacional de Lambayeque) eran, como en la mayor parte de la región norteña, gente aprista; pero también con presencia de gente de izquierda, del MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionario). Entonces otra vez me encontraba en el centro, venía de un colegio religioso y comenzaba a mirar las cosas de un modo distinto. Descubrí a Mariátegui, a Vallejo, a Sartre, a Hermann Hesse –“El Lobo Estepario” me marcó-, era la época del sacrificio de Javier Heraud y eso nos ilusionaba mucho a los jóvenes.

La política y el infierno de la prisión

“Estuvimos muy alejados del país”. Simon hace un mea culpa y no rehuye a su responsabilidad. Como parte de la izquierda peruana de los setentas, reconoce que el discurso político que enarbolaba no empataba con la realidad nacional. “Uno no puede hablar del pobre si no siente la pobreza, no puede hablar de divisiones de clase si no siente el significado profundo de ello”. Su militancia estaba subordinada a un ímpetu juvenil y a un radicalismo en sus acciones que lo cegaron por algunos años. “Es evidente que mi interpretación de la época fue errada, el muro de Berlín había caído y nosotros manteníamos principios caducos sin que eso signifique que Marx sea caduco. Él nos dio lineamientos para interpretar la realidad y, al igual que Mariátegui, fue pésimamente interpretado”.

A mediados de los ochentas se formó la Izquierda Unida, el único esfuerzo de la historia republicana peruana por unir fuerzas con visiones semejantes. La idea, como su discurso, era revolucionaria y gratificante, por fin nacía en el Perú un frente único de esas características, pero la realidad los golpeó contra el piso. Yehude Simon llegó a ser Diputado por Lambayeque durante esos años.

- ¿Qué pasó con la Izquierda Unida en la que usted militó?

La experiencia de la Izquierda unida fue maravillosa cuando trabajábamos en provincias. Los provincianos siempre terminamos siendo mucho más cristalinos y entregados que las cúpulas que viven en la capital de la República. Yo recuerdo que en esa militancia en Lambayeque, Piura o Cajamarca, no mirábamos partidos políticos, no veíamos a la Izquierda Unida como un Frente sino como un todo. Ya cuando llegamos a la capital como congresistas comenzamos a abrir los ojos y ver que todo el mundo estaba peleado. La visión de los partidos que integraban ese grupo no era cómo llegar a gobernar sino ver cómo se cae el otro para ser el único. Nos peleamos por el tonto afán de tener cada uno su pequeño partido y no entender el papel de Alfonso Barrantes, a quien reivindico en esta entrevista. Yo peleé con él y me siento responsable, creo que no fuimos capaces de sumar.

Fue por eso, por mi radicalismo y porque creía que no había una opción diferenciada con un contenido profundamente nacionalista. No como el nacionalismo europeo, que termina siendo fascismo, sino como uno propio de América, que recogiera el pensamiento de Bolívar, de Grau, de Cáceres. Por ahí quisimos construir eso, y tenía mucha aceptación.

- Fue apresado en 1992 al volver al Perú luego de estar en Europa dando algunas conferencias, incluso algunos países de ese continente le ofrecieron asilo político, ¿se arrepintió de haber regresado en esas circunstancias?

No haberlo hecho hubiera sido darles en la yema del gusto a todas aquellas personas que tenían rivalidad con nosotros, especialmente el gobierno, que decía que éramos “embajadores del terror”. Yo sé a que a mi familia esto le duele muchísimo, porque significó nueve años de cárcel, pero yo me siento con la tranquilidad, primero, de mostrar que soy una persona con principios, porque es muy fácil ser revolucionario en democracia, pero cuando las papas queman me voy del país y vivo de la gloria. Yo no quería hacer eso, a pesar de que me ofrecieron lo que tú bien dices. Yo preferí venir a afrontar eso sin pensar que se iban a atrever a tanto.

- ¿Por qué cree que lo apresaron?

(Francisco) Paco Igartua lo analizó bien antes de cerrar su revista (“Oiga”): Había que dar lecciones a los militares, recuerdo al General Salinas Sedó, que intentó hacer un golpe constitucional; a los intelectuales; y a los políticos de izquierda, por supuesto. El que más había vendido imagen de radical era yo y había venido enfrentando a Fujimori. Cuando regresé de Suiza mi primera acción fue movilizar a los jóvenes de Patria Libre y del APRA contra la dictadura, la respuesta fue inmediata.

- Cuando se refiere al trabajo de la Comisión de la Verdad reconoce que todos los políticos tuvieron una responsabilidad en los hechos de violencia. ¿Qué responsabilidad concreta reconoce en usted?

En lugar de jugar a la unidad y bajar el tono de dureza de mis expresiones, no ayudé en mi mensaje. Fui uno más de todos los que echaban leña al fuego. Lo reconozco, acepto que fue una equivocación y habrá que corregirlo.

Otras pasiones

Sus amigos durante los años de prisión fueron el papel, un gusano que bautizó como “Aristóteles”, y la pluma para poder escribir. “Eso me ayudó muchísimo, tendrías que sentirlo para poder entenderlo”. La literatura llegó a su vida como inmejorable ruta de escape de toda la impotencia que sentía al estar privado de su libertad. Llegó, según cuenta, a hacer sus primeros manuscritos en papel higiénico. Para él, la motivación de escribir era la de buscar al compañero con el cual conversar. “Se sentía una soledad bárbara. En mi caso había sido congresista y tenía una identidad propia, por eso el castigo fue más duro. No había una tortura física pero sí una sicológica muy fuerte”.

Durante sus años de reclusión publicó el poemario “Hablar una vez más” (1995); “El Pasajero y otros cuentos” (1998), una recopilación de narraciones basadas en testimonios de otros presos y las injusticias que sufrían; y un ensayo, “El grito de la Agonía” (2000), sobre la experiencia carcelaria “desde dentro”. Incluso fue premiado por entidades internacionales como la Organización de Escritores y Periodistas de Noruega y la Asociación Internacional de Escritores “PEN”.

- Con esos reconocimientos que logró por su obra ¿no siente que descubrió un talento que hasta ese momento no había considerado?

Winston Orrillo siempre decía que tenía talento para escribir y me animaba a hacerlo. Siempre he escrito. A pesar de ser viejo, por ejemplo, tengo un diario, que empecé a los nueve años y continué hasta el nacimiento de mi primera hija. Ahí se paralizó todo porque entré a la vida política. Ahora mismo estoy escribiendo, aparte de una novela, un ensayo sobre regionalización y descentralización. Eso no muere.

Aún siendo lambayecano dice con orgullo ser hincha de la “U” antes que del Aurich, “es muy difícil que eso se cambie, es como la vida misma”. Confiesa haber sido un jugador más que técnico, guerrero -“por eso soy hincha de Universitario”, afirma-. Esa gallardía lo llevó incluso a llegar a jugar en el equipo amateur del Municipal de Chiclayo.

- Usted ha sido siempre muy católico ¿cómo conjugaba las ideas marxistas con la práctica religiosa?

Yo no he sido un marxista ortodoxo. Me enseñaron a entender a Marx como gente muy amplia, como maestro que daba las pautas para ayudar a entender a la realidad. Yo lo he dicho públicamente, además era un hombre que estaba aprendiendo. Pero el cristianismo nunca fue superado por nada.

- ¿Cuánto influyó su experiencia carcelaria en esa relación suya como católico?

Yo siempre fui un devoto de la Virgen de Guadalupe, no sólo como madre de Dios, sino también como símbolo de la revolución mexicana. En los momentos más difíciles yo recurrí a ella y sentí su presencia, y la de un Cristo totalmente renovador. Me ayudó muchísimo y jamás lo voy a negar, por más que le moleste a algunos.

- ¿También lo ayudó la música, supongo, quizá su afición por Pavarotti?

Todo comenzó de muy niño cuando escuchábamos en casa a Renato Bergonzini y a mí me encantaba su interpretación de “Celesta Aída”. De repente un día de esos escuché a Pavarotti y me quedé fascinado. En los momentos más tranquilos y en los más raros de mi actividad siempre tuve a Pavarotti al lado.

Ese bastión de libertad y esperanza

Un buen día Yehude recibió la llamada de una chica pidiéndole que cure a un perrito sarnoso que encontró en la calle. Allí conoció a Nancy, mujer con quien lleva ya 32 años de matrimonio. “Entonces fui a su casa y nos quedamos a conversar y ahí comenzó la cosa”, dice sonriente. Ese amor a prueba de todo lo siente demasiado intenso: “de forma y de fondo, porque me gustó ella físicamente y además es muy profunda”.

Cuando fue apresado en 1992, Yail, en ese entonces su hijo menor, tenía 8 años. Verlo luchando y haciendo lo suyo a pesar de su corta edad, lo convirtió en el emblema de esa ansiada libertad. La familia entera pasó sendos años peleando de la mano de instituciones de Derechos Humanos del país y el extranjero. “Eso hizo que todos maduráramos mucho”. Eso de que la cárcel endurece el alma es para él sólo una verdad a medias. En su caso, siente que más ganó en sensibilidad: “Me daba un orgullo inmenso ver que lo que uno estaba formando era gente de bien para el país”.

 ¿Cómo sobrellevó el no poder estar al lado de su último hijo, con quien actualmente vive, durante sus primeros años?

La relación que ahora tenemos es excelente. Él no pudo gozar de su padre en sus primeros momentos de formación, pero tuvo una madre que lo educó. Al principio fue bastante difícil, a pesar del inmenso amor que nos teníamos mutuamente. En estos momentos que me preguntas tengo la imagen de un joven que coloca su cabeza en mi hombro y me pone la mejilla para que lo bese. Pero además tenemos ideas diferentes, él se ha vuelto un anarquista que se muere por el punk, que va contra muchas de las cosas que yo pienso, pero el respeto que nos tenemos, a pesar de ser un niño todavía, abonan el cariño y confirman que soy capaz de respetar sus formas de sentir y expresarse.

Volver a casa luego de años de separación debió significar reconstruir esa relación paterna con hijos ya profesionales y a punto de salir de casa, ¿cómo fue ese proceso?

Fue muy difícil porque en la cárcel uno tiene una forma de vivir, muy dura, por cierto. El estar encerrado te hace hablar más fuerte, y cuando regresas al hogar que dejaste no mides los tonos, las distancias y vas viendo día a día que en nueve años el mundo ha cambiado. Una recupera la libertad y tiene que enfrentarse a una vida totalmente diferente.

El 2006 lo avizora complicado. Espera, sin embargo, que el presidente Toledo termine su mandato constitucional “por el bien de la democracia” para que se inicie por fin la “primavera definitiva”. Ve a Valentín Paniagua con gran expectativa, como persona, porque tiene “una foja de servicios limpia”, pero “yendo en un gran frente, donde Acción Popular tenga el peso que le corresponde pero no el peso absoluto”.

Yehude Simon confiesa sentirse alegre de ser el político de mayor aceptación en el país, pero también “con una gran responsabilidad sobre sus espaldas”. Señala, sonriendo, no haberse soñado juramentando como presidente de la República el 28 de julio de 2006, pero tampoco correrle a las circunstancias de llegar al poder, “si es en ese año, en buena hora, será la oportunidad que necesitamos para poner a prueba nuestras capacidades; pero, si no, será en el 2011 o el 2021. Total, tenemos vida para largo”.